¿Por qué se Construyen los Aeropuertos?

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En términos estrictamente socioeconómicos, las razones para construir un aeropuerto se pueden resumir en: existencia de demanda para hacer uso del transporte aéreo, prestación de un servicio social y desarrollo regional.

Las ventajas que aporta un aeropuerto son tales como la mejora de las comunicaciones, la creación de puestos de trabajo, la generación de actividad económica, la revalorización del entorno, el ordenamiento urbanístico, etc. Por otro lado, cabe igualmente mencionar que comporta una serie de desventajas como el aumento del nivel de ruido en las áreas cercanas, la contaminación del aire y del agua en zonas próximas, el impacto geográfico y ecológico, etc.

Por estos motivos, es preciso seguir criterios muy estrictos a la hora de planificar su construcción: emplazamiento, espacio aéreo, orografía, impacto y desarrollo del entorno, situación respecto al centro urbano, accesos terrestres, condiciones atmosféricas, posibilidades de ampliación, disponibilidad de servicios, disponibilidad y coste de los terrenos, costes de explotación y construcción, etc.

Sus dimensiones y configuración deben planificarse en función de los tipos de aeronaves que se espera que vayan a utilizarlo, la previsión del tráfico de aeronaves, pasajeros y carga, las condiciones atmosféricas y la altitud del emplazamiento, etc.

El instrumento de planificación estrictamente aeroportuaria que permite establecer las directrices de desarrollo futuro de un aeropuerto es el Plan Director. En él se plantean las actuaciones a realizar para conseguir los siguientes objetivos:

• Garantizar la funcionalidad e interdependencia de los diferentes subsistemas aeroportuarios que conforman la zona de servicio del aeropuerto.
• Obtener el nivel de servicio definido por el promotor para cada uno de ellos y las zonas que lo componen.

Por lo tanto, el Plan Director es el instrumento de naturaleza estrictamente aeroportuaria y no urbanística en el que se detallan y delimitan las zonas de servicio de los aeropuertos con la inclusión de los espacios de reserva que garanticen el desarrollo y expansión del aeropuerto y la determinación de las actividades aeroportuarias.

Con el fin de abordar un ejemplo real de infraestructura que debe ser sometida a los criterios tratados anteriormente, cabe mencionar que recientemente se ha conocido la noticia relativa al proyecto de ampliación del aeródromo de Casarrubios del Monte (Toledo, España). Este proyecto, auspiciado por un grupo de empresarios reunidos bajo el nombre Air City Madrid Sur, pretende ser un complemento al Aeropuerto de Madrid-Barajas albergando vuelos low cost.

Este aeródromo ya dispone de un espacio aéreo concesionado que necesitaría una ampliación para acoger, según previsiones, un tráfico de 55.000 vuelos anuales con siete millones de pasajeros. Ya contaba con un plan director para su ampliación en 2009, pero tuvo que ser paralizado ya que a apenas 2 km se estaba proyectando la construcción de otro aeropuerto conocido como El Álamo, el cual finalmente no salió adelante.

Por todo lo mencionado anteriormente, la planificación aeroportuaria es vital para evitar la construcción de infraestructuras aeroportuarias innecesarias.

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